En la medicina de emergencia no hay espacio para la improvisación. Cada decisión se toma en segundos, bajo presión extrema y con la vida del paciente en juego. En ese escenario se ha formado el Dr. Ángel Dávila, emergenciólogo y director médico de Hospicio & Home Care San Lucas, cuya trayectoria demuestra que la calma puede ser tan decisiva como el conocimiento clínico.
“Una de las cosas más importantes es no perder la calma”, afirma el doctor, al describir el principio que guía su práctica. Para él, la serenidad no es indiferencia, sino una herramienta esencial para pensar con claridad y ejecutar correctamente los protocolos médicos que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Pensar con claridad en medio del caos
El Dr. Dávila explica que, aunque muchas personas piensan que los médicos de emergencia no sienten, la realidad es muy distinta. “Después uno llora, uno se abraza, uno se pone empático con el paciente”, confiesa. Sin embargo, aclara que durante la atención crítica es necesario mantener la ecuanimidad.
“Para tratar a un paciente hay que mantenerse lo más ecuánime posible para poder seguir los protocolos y guías de manejo”.
Ese control emocional no significa frialdad, sino responsabilidad. En su experiencia, incluso ha tenido que atender emergencias con personas muy cercanas. “Me ha pasado con mis hijos, con mis padres, con mi familia”, relata. En esos momentos, asegura, debe actuar primero como médico, dejando la carga emocional para después.
La emergencia también es humanidad
Una vez superada la crisis, el componente humano toma protagonismo. “Luego que se acaba la emergencia, nos abrazamos, agradecemos a Dios o lamentamos el desenlace cuando no hay remedio”, explica. Para el Dr. Dávila, ese acompañamiento posterior es parte integral del proceso de sanar, aun cuando no siempre se puede salvar una vida.
Su discurso refleja una profunda conciencia del impacto emocional que la medicina tiene tanto en pacientes como en profesionales de la salud. Reconoce que cada caso deja huella, pero insiste en que el médico debe aprender a manejarla sin permitir que interfiera con su juicio clínico.
Del manejo crítico al cuidado compasivo
La experiencia del Dr. Dávila en emergencias ha influido directamente en su visión actual del cuidado médico. Como director médico de Hospicio & Home Care San Lucas, su enfoque se extiende más allá de la urgencia, incorporando la dignidad, el alivio y el acompañamiento al final de la vida.
Para el Dr. Dávila, mantener la tranquilidad no solo beneficia al paciente, sino también al equipo de salud. Un médico sereno transmite seguridad, orden y confianza, elementos clave en situaciones críticas. “La calma ayuda a curar a los pacientes”, afirma, convencido de que el pensamiento claro conduce a mejores decisiones.
Su historia es un recordatorio de que la medicina no se ejerce únicamente con instrumentos y protocolos, sino también con autocontrol, empatía y vocación.