Por: Bruni Torres
Luego de toda una vida dedicada a sus pacientes VIH, la Dra. Lizette Santiago Colón, médico de familia, dice sentirse afortunada por haber sido una de las primeras en laborar para estos pacientes en la isla, y por haber sido pionera en la creación de la Asociación de Médicos Tratantes de VIH de Puerto Rico.
Sus inicios dentro del campo de la investigación sobre el VIH se dieron en Manatí, Puerto Rico, durante su práctica como médico de familia. «Cuando yo comencé no había siquiera medicamentos, o sea, mi primer paciente recibió una donación de un medicamento de alguien que había fallecido. Pero no había clínicas, fue al año que se crearon las clínicas de inmunología donde empezaron a tratarse. Pero había mucho miedo, había mucho miedo en todo el mundo«, recordó.
La también fundadora y directora médica de Hope Clinical Research, recuerda que, en una ocasión al entrar a una habitación de un paciente, vio algo que cambió su visión. «Vi algo tan espectacular, vi un paciente VIH acostado en su cama y a su lado vi a su esposa acariciándolo y con el estigma que había en el mismo hospital en aquel momento, de que estos pacientes no se tocaban, cuando entré a esa habitación lo que descubrí fue que me enamoré de ellos, y no vi una persona con SIDA, vi un ser humano que necesitaba el apoyo de nosotros«, sostuvo emocionada.
Crean la Asociación de Médicos Tratantes de VIH de Puerto Rico
Ante la falta de conocimiento sobre la nueva condición surgida a mediados de la década de 1980, un grupo de médicos en la isla comenzó a educarse y a trabajar con los múltiples casos que iban reportándose en los hospitales. «Nos sentíamos frustrados ante la falta de información, teníamos que educarnos, viajábamos a los Estados Unidos y decidimos entonces unirnos para crear la Asociación de Médicos Tratantes de VIH de Puerto Rico, organización que, entre otras cosas, se dedicaba también a la educación de otros proveedores, que no tenían la fortuna de viajar para educarse».
La Asociación ha logrado importantes aportaciones tanto para la clase médica como para los pacientes y sus familias. «Creo que la mayor aportación ha sido precisamente la educación a la clase médica. Los médicos que tratan a estos pacientes cuentan con lo último en educación, nosotros nos hemos encargado de brindarles todo lo que se está desarrollando a nivel de investigación y de tratamientos”, sostuvo Santiago Colón.
Igualmente, la Asociación mantiene un activismo constante con la comunidad de personas VIH, sus familias y la educación. «Médicos como la doctora Carmen Zorrilla, pionera, sobre todo a nivel mundial, porque ella escogió uno de los estudios en mujeres embarazadas, donde se les daba tratamiento a las mujeres y podíamos ver que los niños no nacían con la condición. El doctor Javier Morales, investigador y el doctor Jorge Santana, yo digo que somos unos dinosaurios que todavía estamos de pie».
«Vivimos aquella época donde perdíamos constantemente a un ser querido. Nuestros pacientes son familia, así que hoy en día cuando seguimos, lo seguimos haciendo por pasión y por el compromiso que tuvimos con los primeros que estuvieron en nuestro equipo», recordó la experta.
La pasión que define a Santiago Colón
Sin embargo, la aportación más grande que define a la Dra. Santiago Colón es otra. «Sin duda, creo que el no haberme quitado. Eso yo creo que es mi mayor aportación. Mi mayor aportación es reconocer sobre todo a cada uno de mis pacientes. Yo siempre digo que mis pacientes son mis héroes y son mis maestros. Te cuento que, el día de mi boda, la mitad de mis invitados eran mis pacientes. Y ellos hicieron mi boda. Ellos me llevaron a comprar el traje, decoración, todas aquellas cosas. Así que yo me he sentido a plenitud de ver cómo yo como médico pude haber integrado a mi comunidad de pacientes a mi vida personal. Yo vivo feliz con ellos», recordó.

