viernes, noviembre 21, 2025

Síndromes mielodisplásicos: una alerta silenciosa que el médico primario no debe pasar por alto

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Aunque los síndromes mielodisplásicos (SMD) no son frecuentes en la práctica diaria, su detección temprana puede marcar una diferencia crucial en la calidad de vida y supervivencia del paciente. El Dr. Alexis Cruz Chacón, hematólogo-oncólogo, explicó en entrevista con BeHealth MED que “la sospecha del médico primario puede cambiar el pronóstico y hasta la expectativa de supervivencia del paciente”.

Los SMD son cánceres de la sangre que afectan la médula ósea, impidiendo la producción normal de glóbulos rojos, blancos y plaquetas. El primer signo de alerta suele ser un CBC con conteos bajos, especialmente en pacientes mayores de 65 años.

Siempre que tengamos un paciente con una anormalidad en un CBC, especialmente si es mayor de 65 años, tenemos que levantar bandera”, indicó.

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El especialista recordó que un hallazgo incidental —como una disminución en la hemoglobina o en las plaquetas— puede ser la primera pista. “Reconocer esos patrones a tiempo puede cambiar vidas”, subrayó.

Factores de riesgo: lo que no se debe pasar por alto

Si bien la causa exacta de los síndromes mielodisplásicos no se conoce con certeza, el Dr. Cruz Chacón señaló que hay factores de riesgo identificables.

La exposición a radiación o a químicos como el benceno se ha relacionado con el desarrollo de mielodisplasia e incluso de leucemia”, explicó.

El especialista agregó que los pacientes que han recibido quimioterapia o radioterapia para otros tipos de cáncer también están en riesgo. “Por ejemplo, una paciente con cáncer de seno que fue tratada con quimioterapia debe mantener un seguimiento anual del hemograma, incluso estando libre de enfermedad”, advirtió.

También destacó que algunas deficiencias nutricionales o el uso de suplementos naturales no controlados pueden alterar los conteos sanguíneos, confundiendo el diagnóstico. Por eso insistió en que antes de sospechar una mielodisplasia es fundamental descartar causas más comunes como déficit de hierro, vitamina B12, ácido fólico o infecciones virales.

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El momento de referir al especialista

Una vez descartadas las causas más comunes y persisten las alteraciones hematológicas, el médico primario debe referir al paciente a un hematólogo-oncólogo.

Si el médico primario ordena de antemano pruebas básicas —niveles de hierro, B12, ácido fólico, serologías y ANA—, el hematólogo puede avanzar más rápido hacia el diagnóstico”, explicó el Dr. Cruz Chacón.

El diagnóstico certero se establece mediante una biopsia de médula ósea y pruebas genéticas que permiten clasificar el tipo y riesgo del síndrome mielodisplásico. El especialista insistió además en la importancia de comunicar de forma clara al paciente el motivo de la referencia. “No le digan que lo que tiene es solo anemia; explíquenle que podría tratarse de un tipo de cáncer de la sangre. Esa orientación inicial facilita el trabajo en equipo y la comprensión del diagnóstico”.

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El Dr. Cruz Chacón cerró con un mensaje contundente para la práctica médica: “La sospecha clínica sigue siendo una de las herramientas más poderosas que tenemos como médicos. Detectar a tiempo no solo cambia pronósticos, cambia vidas”.

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