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Un grupo de investigadores del Centro Comprensivo de Cáncer de la Universidad de Puerto Rico (CCCUPR) advirtió sobre una posible relación entre la exposición prolongada a emisiones industriales tóxicas y el aumento de casos de cáncer en la isla.
El hallazgo, publicado en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, se basa en el análisis de más de 80 mil casos de cáncer primario diagnosticados entre 2018 y 2022.
Una relación preocupante entre contaminación y salud
El estudio, desarrollado por el centro de investigación CARIB-CARES, examinó la incidencia del cáncer en relación con las emisiones reportadas por 160 instalaciones industriales entre 2006 y 2020, según datos del Inventario de Emisiones Tóxicas (TRI) de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
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Los resultados revelaron que las personas que residen en municipios con industrias que liberan contaminantes tóxicos presentan un 7% mayor riesgo de desarrollar cáncer, en comparación con quienes viven en áreas sin reportes de emisiones.
El riesgo fue aún mayor entre los hombres (12%) y, en menor medida, entre las mujeres (5%).
“Este estudio resalta el ambiente como un determinante social de la salud, al mostrar cómo el lugar donde vivimos y la exposición prolongada a contaminantes podrían aumentar el riesgo de padecer cáncer”, explicó la Dra. Marievelisse Soto-Salgado, colíder del proyecto e investigadora auxiliar del CCCUPR.
Ciencia para proteger a las futuras generaciones
El equipo también encontró que las mujeres que residieron en municipios con emisiones continuas durante los últimos 15 años tuvieron un 6% mayor riesgo de cáncer de mama, en comparación con quienes vivían en municipios sin estas emisiones.
Según la Dra. Nancy R. Cardona-Cordero, autora principal del estudio, “el 77% de los pacientes analizados vivían en municipios con algún tipo de instalación que reportó emisiones tóxicas, lo que subraya la magnitud del problema ambiental y su posible vínculo con la salud pública”.
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Por su parte, la Dra. Ana Patricia Ortiz, investigadora principal de CARIB-CARES, destacó que estos hallazgos permitirán “entender mejor cómo las sustancias químicas afectan la salud, desarrollar estrategias para prevenir estas exposiciones y orientar nuevas políticas públicas de mitigación”.
Este proyecto forma parte de los esfuerzos de CARIB-CARES, un centro financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), que busca identificar los riesgos ambientales que afectan a la población con cáncer en Puerto Rico y las Islas Vírgenes.
“Nuestro objetivo es traducir la evidencia científica en acciones concretas de prevención y respuesta ante riesgos ambientales”, afirmó el Dr. Pablo A. Méndez Lázaro, investigador principal del centro.

